La iglesia de Sant Pol, en Sant Joan de les Abadesses (Girona), recupera su antiguo reloj de sol.
Cuando la hora ya casi sólo la miramos al móvil, un reloj de sol vuelve a presidir el tráfico cotidiano de los santjoanins. Desde el sábado 9 de Abril, quien pase por debajo de la iglesia de Sant Pol y levante la vista en la fachada de mediodía del campanario podrá saber la hora gracias a este antiquísimo sistema de medida del tiempo, como había sido durante siglos. El reloj de sol que se ha instalado ocupa el mismo lugar que el que había habido desde el siglo XVII hasta mediados del siglo XX, pero es de nueva construcción.
Sobre un gran bloque de mármol de la Sènia, de 300 kilos de peso, se han marcado los números de las horas, las líneas de los equinoccios y los solsticios, las tradicionales imágenes del sol y la luna y el lema que preside el reloj: "Tempus omnia revelado". Es decir, que "El tiempo todo lo revela", escogida por el escritor hijo de Sant Joan Ramon Cotrina. Viene a decir que "si no quieres que algo se sepa, no la hagas, porque tarde o temprano el tiempo lo descubrirá", explica él mismo en un texto escrito para la ocasión.
La iniciativa de recuperar el reloj fue de Ramón Vila, miembro de la Junta del Monasterio de San Juan. "Desde pequeño lo había visto, cuando los números ya estaban borrados, pero me había quedado el pesar". Villa movió cielo y tierra, obtuvo el apoyo del Ayuntamiento y implicó Ramon Cotrina y el diseñador Jordi Canelles. Y además de ellos, un personaje clave en todo el proceso: el olotino Francisco Clarà, un ingeniero jubilado que ha hecho del diseño de relojes de sol su especialidad: él hace los cálculos y determina cuál es la posición exacta en la que se ha de colocar. Antes de la inauguración, el sábado, Clarà explicó los secretos de su trabajo en una conferencia en el Palacio de la Abadía. Recordó, por ejemplo, que el reloj de sol ha sido el método humano más ancestral de medida del tiempo, y que incluso cuando salieron los primeros e imprecisos relojes mecánicos se utilizaban los de sol para ponerlos a la hora. Antes señalaban la hora exacta y ahora, debido a los cambios que se han ido introducido respecto a la hora solar, van una hora adelantados cuando es invierno y dos horas cuando es verano. Pero siguen siendo un símbolo perdurable. "No era necesario como reloj, pero sí como recordatorio, como recuperación de un trozo de nuestra historia", dice Cotrina. Y para hacerlo más evidente aún, el de Sant Joan ha respetado la única parte que había quedado del viejo reloj: el gnomon, la vara metálica que proyecta la sombra sobre la superficie del reloj.(Jordi Vilarrodà)
Fuente: El 9 Nou
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La inauguració del rellotge de sol, dissabte al vespre SAGI SERRA |
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Cartel de la inauguración |
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Dibujo del reloj |
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